Comprender a los hijos
A veces el cariño de los padres por sus hijos les lleva a darles todos los juguetes y cosas que piden, posiblemente porque ellos recuerdan que no tuvieron en su niñez todos los juguetes que desearon. Pero el exceso de juguetes y caprichos puede ser poco educativo. Muchos educadores piensan que es mejor que los chicos anden justos de dinero.
En otras ocasiones los padres se sacrifican lo indecible por sus hijos y por una equivocada tolerancia les dejan hacer todo lo que quieran sin exigirles un mínimo esfuerzo. Esto puede tener consecuencias muy negativas.
Los hijos necesitan el cariño de sus padres, pero no lo perciben en el exceso de juguetes, ni en los caprichos ni en la falta de normas. Porque lo primero que necesitan es la comprensión, ya que el afecto más que en dar está es comprender.
Hay que interesarse por sus gustos y aficiones, valorándolos y ayudándoles para que se conviertan en un hobby que enriquece a la persona.
También hay que comprender los problemas de los chicos. Pueden sentirse agobiados al pensar que en el colegio no tiene amigos o que el profesor le tiene manía o que no tiene unas zapatillas u otras cosas que otros chicos si las tienen. Ante estas "tragedias" hay que escuchar, valorar su estado de ánimo y comprender que son niños.
En otras ocasiones será necesario escuchar con paciencia sus confidencias, que aunque a los adultos nos puedan parecer cosas sin importancia, para ellos pueden ser trascendentales. Y después de escuchar su preocupación, habrá que guardar el secreto, respetando su intimidad, porque de lo contrario se perdería la confianza. Cuando los chicos se abren son sinceridad y confianza les podremos ayudar y educar. Será posible darles consejos optimistas que les estimulen en el buen camino. En otras ocasiones habrá que exigirles con gracia, sin hacer tragedia, dejando entrever siempre el cariño que se les tiene.
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